Luchar por la conservación de la naturaleza siempre fue una tarea ardua.
Hoy es una obra titánica.

Lo que hasta hace unos años podía tomarse como una actividad romántica, casi hippie, hoy se ha convertido en la verdadera lucha por la existencia, en un sentido que trasciende al que el Neo-darwinismo diera a esa frase. Ya no es un concepto abstracto para lograr explicar los equilibrios dinámicos que se observaban en una naturaleza primigenia, sino que se trata de lograr la supervivencia de una especie, la nuestra, en las condiciones menos peores que podamos...